- ¿Qué tal estás?
- ...bien.
- ¿Eres feliz aquí?
- Sí.
- Tienes cara de malo.
- Y tú de idiota.
- Perdona si te ofendí. No era mi intención.
- No, no me ofendiste.
- ¿Te puedo invitar a una copa?
- No creo que sea buena idea.
- Bueno, pues invítame tú.
- No creo que se trate de eso.
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