jueves, 9 de septiembre de 2010

miércoles, 31 de marzo de 2010

BAILANDO EN UN JARDÍN DE MARIPOSAS

Está bailando en un jardín de mariposas, con un vestido blanco de topos rojos y una cinta en la cabeza, también roja. Lleva unos zapatos de charol dorados. Flota y mueve el vestido al compás de un vals que canta Leonard Cohen. El cielo es completamente azul, del azul que sólo el cielo sabe tener. No hay nubes, como cuando parece que algo terrible va a ocurrir. Pero no, quizás sea así la felicidad.

Las mariposas parecen papeles de confeti que se balancean en el aire. Suben y bajan y se retuercen. Están bailando también. Caótica coreografía.

De pequeño jugaba con las muñecas de las vecinas. Ahora se siente tan feliz como se hubiera sentido aquel niño si hubiera podido jugar con las suyas propias. Y mueve los labios intentando imitar al cantante. Incluso se le escapa algún lalala. Sí, sin duda, debe ser esto. La felicidad.


Piensa en su compañero barbudo. En dónde puede estar ahora. Si quizás le está esperando como él hace mientras baila, en otro lugar, en otro tiempo, en aquél en el que coincidirán los afectos. Nada puede agriar este momento. Pues tiene la seguridad, la más absoluta certeza, de que el amigo barbudo un día le querrá. No puede ser de otra manera. Aunque ahora ni le mire e incluso parezca que le aparta la mirada, mientras habla con los otros en francés.

Qué bonito es este vals.

Nada puede importar demasiado.

Cierra los ojos y es como si lo tuviera enfrente. Tiene los pómulos un poco enrojecidos. Le suele pasar cuando bebe vino. Le gusta el vino. O eso prefiere imaginar. Le gusta la música y el chocolate con picatostes que hace mamá. A Raquel también le gusta y se lo recuerda de tanto en tanto cuando se ponen a hacerle un repaso al pasado. Lleva el jersey de lana, el mismo que llevaba la primera vez que lo vio. Le da aspecto de no tener dinero. Y eso también le gusta. Sí. Y su sonrisa que apenas le cabe en la boca. Y los dientes separados.

El señor barbudo camina entre tules y mosaicos. Vive en un cubo con las paredes parecidas a la Alambra. No tiene nombre porque todavía no lo sabe, pero si habla francés tal vez sea Guillaume. Sí, le gusta pensar que se llama así. Y así le vamos a llamar aquí. De momento. Hasta que se dé a conocer. Hasta que coincidan los momentos. Y ojalá también los afectos. Porque hemos decidido que eso va a ocurrir. Premisa falaz.

Mientras baila al compás del vals le viene a la cabeza el hombre barbudo y de ahí salta al chocolate caliente de su madre que le lleva a la balada de Hans Christian Andersen, aquella que Yocley le enseñó hará un par de años, con almendras tostadas en las manos para ayudarse en la narración. A eso se le llama imaginación. Sí.


jueves, 4 de marzo de 2010

SI EL CIELO TE ENVÍA LIMONES, APRENDE A HACER LIMONADA


De aquí...




... a aquí...



y allá a dónde me lleve la vida.

Saludos a todos los que pasais por aquí, que sé que soy poquitos, pero todos buenos.





martes, 2 de marzo de 2010

LA CUENTA DE LA VIEJA


El primero sólo me dejó complejos.

El segundo cierta aversión a las estrellas del rock.

El tercero una disculpa: "sabía que iba a hacerte daño"

El cuarto fue como un cocktel molotov.

El quinto trajo voces, bichos y una larga convalecencia.

El sexto dejó el sabor amargo de las historias incompletas.

lunes, 1 de marzo de 2010

CLICK


Un click, un simple click, que apenas dura unas décimas de segundo, lo cambiaron todo. Dejaba atrás una vida que ya no le decía casi nada, como quien se aleja de un peaje en la autopista. Había dolido tanto dar el paso, pero una vez dado, la indiferencia y el sabor de las cosas bien hechas invadieron el resto.

Cogió un vaso de plástico que había sobrado de la última fiesta y lo llenó de vino tinto y brindó con la pantalla del ordenador. "A ver qué viene ahora" pensó. No pudo no sonreír y recordar las palabras de sus padres: "lo importante es que seas feliz"


¿Lo sería? ¿Es la felicidad algo que pueda alcanzarse con sólo un click?




En cualquier caso había decidido algo tan simple como maravilloso: viviría su vida cantando.

"Hey" se oyó a modo de eco.

jueves, 25 de febrero de 2010

ANTIHÉROE


Las paredes estaban mal pintadas, como si no se hubieran tomado mucho tiempo en calarlas de blanco o como si no hubieran sabido como hacerlo. Era difícil de distinguir. Sólo había una cama y un escritorio lleno de paleles y bocetos que jamás llegarían a ser otra cosa. Y también había una ventana. Una ventana que daba a un patio. Me gustaba pensar que era un jardín con gente jugando con globos de colores. Pero no. El patio era de cemento y ladrillo naranja. Y en vez de globos, había gente vigilante, gente paseante, gente ignorante.

- Di algo.
- ¿Qué quieres que te diga?
- No sé. Dime que te gusta estar aquí.
- Bueno...

Era mentira. Claro que lo era. Y lo sabía. Pero me aguantaba. No había alternativa.

- Shhhhhhh
- ¿Qué?
- Va a empezar el telediario.
- Odio las noticias.

Sí, las odio. Sobre todo cuando ya no hablan de mí. Antes lo hacían. Pero sólo se es un antihéroe un par de días. Unas semanas si tienes suerte.

domingo, 21 de febrero de 2010

LA COTORRA QUE SE ENAMORÓ DE UNA PALOMA



- Lo siento. Es imposible.
- Sí, lo sé...

lunes, 8 de febrero de 2010

COMO UNA LUZ



No tienes nada que ver
con las cosas de mi mundo
y, sin embargo, mi mundo
ya eres solamente tú.
Con la misma suavidad de una caricia
me fue ganando tu risa
y tu hermosura del Sur.

No tienes nada que ver
con mis locuras de siempre
y, sin embargo, mi mente
se volvió loca por ti.
Con la misma brusquedad de una corriente
se me transformó la suerte
desde que llegaste a mí.

Llegaste a mí
como una luz,
como una primavera nueva,
como un mes de abril,
como una luz,
como una lluvia en el verano,
como un agua fresca en el calor,
como una sombra en el camino,
como una canción... una canción.

Llegaste a mí
y el corazón
saltó de miedo, de locura,
de felicidad y de pasión,
ya no recuerda la amargura
de la soledad ni del desamor
se convertió mi noche oscura
en un radiente Sol.

No tienes nada que ver
con lo que siempre he querido
y, sin embargo, me miro
y sólo apareces tú.
Con la misma claridad de la mañana,
sin decir apenas nada,
me inundaste con tu luz.

No tienes nada que ver
con lo que siempre soñaba
y, sin embargo, mis sueños
ya son sólo para ti.
Con la misma necedad que te ignoraba
no te cambio ya por nada
y no sé vivir sin ti.

Llegaste a mí
como una luz,
como una primavera nueva,
como un mes de abril,
como una luz,
como una lluvia en el verano,
como un agua fresca en el calor,
como una sombra en el camino,
como una canción... una canción.

Llegaste a mí
y el corazón
saltó de miedo, de locura,
de felicidad y de pasión,
ya no recuerda la amargura
de la soledad ni del desamor,
se convertió mi noche oscura
en radiente sol.

COMO UNA LUZ
J.J. Soto