jueves, 25 de febrero de 2010

ANTIHÉROE


Las paredes estaban mal pintadas, como si no se hubieran tomado mucho tiempo en calarlas de blanco o como si no hubieran sabido como hacerlo. Era difícil de distinguir. Sólo había una cama y un escritorio lleno de paleles y bocetos que jamás llegarían a ser otra cosa. Y también había una ventana. Una ventana que daba a un patio. Me gustaba pensar que era un jardín con gente jugando con globos de colores. Pero no. El patio era de cemento y ladrillo naranja. Y en vez de globos, había gente vigilante, gente paseante, gente ignorante.

- Di algo.
- ¿Qué quieres que te diga?
- No sé. Dime que te gusta estar aquí.
- Bueno...

Era mentira. Claro que lo era. Y lo sabía. Pero me aguantaba. No había alternativa.

- Shhhhhhh
- ¿Qué?
- Va a empezar el telediario.
- Odio las noticias.

Sí, las odio. Sobre todo cuando ya no hablan de mí. Antes lo hacían. Pero sólo se es un antihéroe un par de días. Unas semanas si tienes suerte.

domingo, 21 de febrero de 2010

LA COTORRA QUE SE ENAMORÓ DE UNA PALOMA



- Lo siento. Es imposible.
- Sí, lo sé...

lunes, 8 de febrero de 2010

COMO UNA LUZ



No tienes nada que ver
con las cosas de mi mundo
y, sin embargo, mi mundo
ya eres solamente tú.
Con la misma suavidad de una caricia
me fue ganando tu risa
y tu hermosura del Sur.

No tienes nada que ver
con mis locuras de siempre
y, sin embargo, mi mente
se volvió loca por ti.
Con la misma brusquedad de una corriente
se me transformó la suerte
desde que llegaste a mí.

Llegaste a mí
como una luz,
como una primavera nueva,
como un mes de abril,
como una luz,
como una lluvia en el verano,
como un agua fresca en el calor,
como una sombra en el camino,
como una canción... una canción.

Llegaste a mí
y el corazón
saltó de miedo, de locura,
de felicidad y de pasión,
ya no recuerda la amargura
de la soledad ni del desamor
se convertió mi noche oscura
en un radiente Sol.

No tienes nada que ver
con lo que siempre he querido
y, sin embargo, me miro
y sólo apareces tú.
Con la misma claridad de la mañana,
sin decir apenas nada,
me inundaste con tu luz.

No tienes nada que ver
con lo que siempre soñaba
y, sin embargo, mis sueños
ya son sólo para ti.
Con la misma necedad que te ignoraba
no te cambio ya por nada
y no sé vivir sin ti.

Llegaste a mí
como una luz,
como una primavera nueva,
como un mes de abril,
como una luz,
como una lluvia en el verano,
como un agua fresca en el calor,
como una sombra en el camino,
como una canción... una canción.

Llegaste a mí
y el corazón
saltó de miedo, de locura,
de felicidad y de pasión,
ya no recuerda la amargura
de la soledad ni del desamor,
se convertió mi noche oscura
en radiente sol.

COMO UNA LUZ
J.J. Soto