lunes, 1 de marzo de 2010

CLICK


Un click, un simple click, que apenas dura unas décimas de segundo, lo cambiaron todo. Dejaba atrás una vida que ya no le decía casi nada, como quien se aleja de un peaje en la autopista. Había dolido tanto dar el paso, pero una vez dado, la indiferencia y el sabor de las cosas bien hechas invadieron el resto.

Cogió un vaso de plástico que había sobrado de la última fiesta y lo llenó de vino tinto y brindó con la pantalla del ordenador. "A ver qué viene ahora" pensó. No pudo no sonreír y recordar las palabras de sus padres: "lo importante es que seas feliz"


¿Lo sería? ¿Es la felicidad algo que pueda alcanzarse con sólo un click?




En cualquier caso había decidido algo tan simple como maravilloso: viviría su vida cantando.

"Hey" se oyó a modo de eco.

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