jueves, 25 de febrero de 2010

ANTIHÉROE


Las paredes estaban mal pintadas, como si no se hubieran tomado mucho tiempo en calarlas de blanco o como si no hubieran sabido como hacerlo. Era difícil de distinguir. Sólo había una cama y un escritorio lleno de paleles y bocetos que jamás llegarían a ser otra cosa. Y también había una ventana. Una ventana que daba a un patio. Me gustaba pensar que era un jardín con gente jugando con globos de colores. Pero no. El patio era de cemento y ladrillo naranja. Y en vez de globos, había gente vigilante, gente paseante, gente ignorante.

- Di algo.
- ¿Qué quieres que te diga?
- No sé. Dime que te gusta estar aquí.
- Bueno...

Era mentira. Claro que lo era. Y lo sabía. Pero me aguantaba. No había alternativa.

- Shhhhhhh
- ¿Qué?
- Va a empezar el telediario.
- Odio las noticias.

Sí, las odio. Sobre todo cuando ya no hablan de mí. Antes lo hacían. Pero sólo se es un antihéroe un par de días. Unas semanas si tienes suerte.

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