domingo, 14 de septiembre de 2008

UNA FRÍA MAÑANA DE OCTUBRE

El frío se cuela por el baño y llega hasta los huecos de la sábana. Has madrugado hoy. No es la primera vez que te levantas sin motivo mientras todos continúan durmiendo para hacerte un café y sentarte a ver los dibujos animados que ya no entiendes. Quizás deberías volver a la cama. Es lo que la gente hace los domingos por la mañana. Pero el frío, el temprano frío de octubre no te deja. Ni tampoco ese pensamiento. "¿Por qué lo maté?" - te preguntas. Insistían tanto en que lo hicieras que lo estrangulaste mientras rellenabas la solicitud para estudiar una carrera que no querías. Quién pudiera ahora salir a pasear cogido de su mano. Ay, quién te mandaría matar al niño que había en ti. Ahora sólo te queda cojear.

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